El aceite esencial de Lavanda es uno de los más versátiles y polivalentes, ya que tiene la capacidad de potenciar el efecto de todos los demás aceites. Por ello, es aconsejable añadir unas gotas de lavanda a cualquier tratamiento natural que se esté llevando a cabo.
Algunas de sus propiedades o beneficios son:
Antiséptica: Está ampliamente demostrada la capacidad del aceite esencial de lavanda para enfrentarse a virus y bacterias, y por lo tanto a infecciones de todo tipo.
Sedante: La fama del aceite esencial de lavanda como magnífico relajante se extiende hasta las civilizaciones más antiguas, que ya la utilizaban en baños e inhalaciones para aliviar síntomas de nerviosismo, depresión o insomnio.
Analgésica: El aceite esencial de lavanda tiene la capacidad de reducir el dolor y la inflamación, especialmente cuando se trata de afecciones dermatológicas.
Antiinflamatoria: Junto con el aceite esencial de árbol del té y el de manzanilla, la acción antiinflamatoria del aceite esencial de lavanda reduce y alivia cualquier síntoma provocado por infección, contusión o congestión sanguínea.
Regeneradora: Esta esencia nos ayudará a mantener la piel en un estado óptimo y a regenerar cualquier zona dañada por quemaduras, anomalías de la piel, acné, dermatitis o envejecimiento prematuro.
Composición: Lavandula Angustifolia(Lavender) Oil.